sábado, 23 de enero de 2016

en enero también llueve

Esta lluvia desubicada me hizo acordar esos tiempos en los que dormíamos pegados como chicle en ese departamento que no era suyo pero era tan nuestro, y  las mañanas en que lamentábamos la lluvia que tanto amamos en la noche porque había que levantarse y, una vez más, llegar tarde y mojados a la u, donde lamentaríamos habernos levantado durante el resto del día...
Este invierno fue tan nuestro que el verano siempre celoso también quiere serlo, y qué mejor manera que recordándonos tiempos anteriores en los que nos amamos y corrimos de la mano para cruzar antes que los autos nos mojaran, y las veces que dejamos pasar la primera hora de clases porque queríamos atrasar el inminente retorno a la vida que nos gusta, o no, pero que de todas formas no queremos. 
Gracias lluvia. 

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