jueves, 14 de julio de 2016

Algo pasa

Algo pasa con la vida. 
Algo pasa y es que no podía irme tan bien. La vida no es así. El destino, el karma, anda a saber tú, pero ese algo no quiere que las cosas sean tan fáciles y que uno se salga con la suya. No, no, nonono. 
Y yo pensé que iba a poder esta vez. Que las cosas podían salir como esperaba. Porque igual me ha ido bien y dije "ah ya esta es la mía, ahora sí la hago" Y tomé decisiones pensando que me iba a ir bien (ojo: nunca, nunca, nunca nonono tomen decisiones pensando que les va a ir bien, nunca. Porque eso rara vez pasa y todo tiene una capacidad tan impresionante de metamorfosis que, al final, todo puede cambiar y salir al revés.) y no me fue bien. 
Aunque al principio sí... Lo que hace todo más feo. 
Me fue bien, tuve éxito cuando quise y como me dijo una superamiga (con capa y todo) "donde pusiste el ojo pusiste la bala" y sipo, puse la bala. Disparé. Maté mi posibilidad. 
Aunque me estoy quejando demasiado, en verdad las cosas no están mal. O podrían ser harto peor. 
Pero eso pasa: me di cuenta de que tomé decisiones desde el optimismo total y pucha, la vida no es tan optimista. La vida es realista y ahí el problema es mío. Criterio de realidad nulo. nuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuulo 
Que paja que pase esto. Que paja tener que hacerme cargo de ese optimismo ahora, que ando tan pesimista y derrotada. 

domingo, 10 de julio de 2016

sobre la crueldad

Hace un par de semanas fui cruel con algunas personas que quiero mucho y muy cruel con personas que no quiero y me interesan poco. Al respecto sólo puedo decir que los límites que hay entre crueldad, verdad, desinterés, enojo y cansancio son muy difusos. Es verdad que uno tiene que tener maneras sutiles de decir las cosas, por una cuestión de respeto y blah, pero también tenemos que entender, todes, que a veces ese don de decir las cosas suavecito se ve terriblemente alejado del impulso... más bien siempre.
El impulso siempre es violento. Sea bueno o malo, siempre es violento porque no incluye el pensar, el armar una frase y tener tiempo para cambiar las palabras "fuertes" por suaves y eso también está bien. El impulso muchas veces tiene más verdad en sí de lo que pensamos... el impulso es pura verdad, de hecho. 
Y está bien, yo no soy tan amiga de los impulsos porque suelen llegar a malos términos, pero tenemos que empezar a respetar el impulso como verdad también. 
Y nada, volví al blog. 

miércoles, 24 de febrero de 2016

volver

volver a prender el computador
a abrir el navegador
volver a conectarse
volver a escribir en el blog
a tratar de sacar las ideas

antes de eso volví a desconectarme
volví a apagar el teléfono indefinidamente y sin peso 
volví a sacarme los zapatos indefinidamente y volví a tener tiempo para hacer todo y no hacer nada, sin peso
volví a sentirme libre 

volví a la playa, y, aunque suene algo muy común y trivial, no lo es. es difícil de explicar, pero puedo resumirlo en dos palabras: aquí y ahora. no tecnología, no señal, no obligaciones, no nada y a la vez todo. 
 
 

jueves, 4 de febrero de 2016

DT

Mañana asume el nuevo DT de la selección y yo extraño, por primera vez desde que lo cerré, mi feisbuk. Por qué? Porque quiero publicar lo mucho que me desespera que el DT se llame Pizzi y que en la prensa, siempre tan siútica, le digan piTzi. Hoy hicieron un reportaje sobre él y noséqué de la roja y al terminar mostraron a alexis tocando la canción del titanic en piano. En verdad... Qué culpa tiene Pitzi? 

sábado, 23 de enero de 2016

en enero también llueve

Esta lluvia desubicada me hizo acordar esos tiempos en los que dormíamos pegados como chicle en ese departamento que no era suyo pero era tan nuestro, y  las mañanas en que lamentábamos la lluvia que tanto amamos en la noche porque había que levantarse y, una vez más, llegar tarde y mojados a la u, donde lamentaríamos habernos levantado durante el resto del día...
Este invierno fue tan nuestro que el verano siempre celoso también quiere serlo, y qué mejor manera que recordándonos tiempos anteriores en los que nos amamos y corrimos de la mano para cruzar antes que los autos nos mojaran, y las veces que dejamos pasar la primera hora de clases porque queríamos atrasar el inminente retorno a la vida que nos gusta, o no, pero que de todas formas no queremos. 
Gracias lluvia. 

viernes, 22 de enero de 2016

lunares 1

Entre su ceja y su ojo izquierdo hay un lunar pequeñito y oscuro. Cuando se ríe sus ojos se achinan y el lunar se pierde en el pliego que crea su risa.
El primer ataque de risa que tuvo conmigo fue al saber que el día internacional del beso es en el día que se rompió el record del beso más largo del mundo, que duró (si mal no recuerdo) 58 horas y tanto. Empezó a reírse, retorciéndose, sin que yo tuviera muy claro el porqué pero sospechando y cuando pudo volver a hablar repetía entre lágrimas de risa ¡58 horas... 58! 
Volvió a leer el artículo, sin dejar de reír, y volvió a estallar: ¡qué les costaba llegar a los 59, les faltaron un par de minutos! Es ridículo, 58 horas. 
Cuando la risa disminuyó hablamos del tema, de cómo iban al baño, qué comían, si terminaron odiándose... quizá celebraron el triunfo con un beso. 
Me dijo que nosotros podríamos llegar a las 60 para batir el record "estai loco, no duramos nada" "igual... nos darían ganas de chantar altiro"
Llegamos a ese dato porque estábamos investigando desde cuándo la gente se da besos y, según la respetable wikipedia, es desde el 1500 a.c aproxxx... son muchísimos años de intercambio de saliva, de choques de dientes, enredos de lenguas, así ¿cómo no van a existir las epidemias? 
Más tarde fuimos a caminar por la playa y el muelle, en medio de una marejada terrible y un mar de gente. Él me dijo que no le sorprendería nada la extinción del ser humano, yo, siempre lenta, le pregunté porqué y me dijo que la marejada estaba anunciada hace días y que todos los pelagatos que estábamos en el borde costero estábamos yendo en contra de todas las órdenes, sugerencias y advertencias estando en la orilla para ver la marejada como un atractivo turístico. Caminamos lentito y después jugamos en la orilla del mar, donde mojé mis zapatillas.