domingo, 10 de julio de 2016

sobre la crueldad

Hace un par de semanas fui cruel con algunas personas que quiero mucho y muy cruel con personas que no quiero y me interesan poco. Al respecto sólo puedo decir que los límites que hay entre crueldad, verdad, desinterés, enojo y cansancio son muy difusos. Es verdad que uno tiene que tener maneras sutiles de decir las cosas, por una cuestión de respeto y blah, pero también tenemos que entender, todes, que a veces ese don de decir las cosas suavecito se ve terriblemente alejado del impulso... más bien siempre.
El impulso siempre es violento. Sea bueno o malo, siempre es violento porque no incluye el pensar, el armar una frase y tener tiempo para cambiar las palabras "fuertes" por suaves y eso también está bien. El impulso muchas veces tiene más verdad en sí de lo que pensamos... el impulso es pura verdad, de hecho. 
Y está bien, yo no soy tan amiga de los impulsos porque suelen llegar a malos términos, pero tenemos que empezar a respetar el impulso como verdad también. 
Y nada, volví al blog. 

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