lunes, 5 de octubre de 2015

caminito viejo

"caminito viejo, no me lleves donde no quiero ir." 
Me había olvidado lo mal que se siente la decepción, en parte porque estaba intentando no tener expectativas, en parte porque no tenía nadie de quién esperar algo. 
Ahora resulta que mi discurso se quiebra más de lo que se sostiene, que a cada rato me encuentro haciendo lo que dije que no volvería a hacer, sintiendo lo que me prohibí. 
La gente dice que no pasa nada grave, que es humano sentir inseguridades, ser imperfecta. Nunca he intentado ser perfecta, por eso me preocupo. No quiero sentirme así y, como buena insegura, quiero huir. 
Optar por lo fácil, no enfrentar y cortar. Seguir sin mirar atrás. 
Quien dijo que la capacidad de avanzar sin mirar atrás es de valientes no sabe lo que es huir de tu propia historia, de tu propio sentir. 

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